jueves

Collective Soul - Collective Soul

Atlantic - 1995


El segundo álbum de la banda de Ed Roland es un punto de inflexión: es, a todas luces y contradiciendo a la cronología, el verdadero debut de Collective Soul como banda y un compendio sonoro en el que se refleja la historia nada fácil de su líder con la música: hijo de un fanático predicador que prohibió la escucha de música en su casa -sobre todo la endemoniada música moderna-, tuvo que fugarse de su hogar para poder construir su formación como músico. Esa huida (asi una esperable actitud rocker) y su formación como guitarrista, sumada al oportuno descubrimiento de un disco de Elton John, a las incursiones televisivas de Elvis, a la música que se filtraba a la prohibición paterna y al ascenso, éxito y declive del grunge de la mano de Nirvana & Cía posibilitaron este crisol de influencias, este vitreaux sónico, el potente collage que es el disco homónimo a la banda, de agitados riffs de guitarra y pegadizas melodías impensadas para el dejo hardcore que queda, como rastro, en el paladar del degustante.