martes

Morcheeba - Fragments of Freedom

Sire Records - 2000


Surgidos a la sombra del movimiento de Bristol de fines de los 90, es en Fragments of Freedom donde el trío de los hermanos Godfrey y la vocalista Skye Edwards da en el tono justo de la banda. Disco de inflexión y encuentro, expone en su superficie sonora los rastros de los orígenes ligados a los lamentos del trip-hop y abre el paso a pinceladas pop bailables y a los sonidos sanguíneos y desgarrados del blues. De una calidad pareja y abrumadora, el disco tiene la chapa de candidato a ser uno de los clásicos del fin de siglo pasado. La música de Morcheeba es un amplio horizonte que puede contemplarse tan nuevo y tan distinto en cada track, como novedades produce el estado de ánimo de cada quien en un día distinto.



viernes

Dayna Kurtz - Postcards from Downtown

Munich Records - 2003


El primer disco de esta dama es como un salto en picada en el cuál Dayna Kurtz nos lleva montados en el sonido de su voz grandiosa; una montaña rusa, un laberinto de espejos. Entramos por la puerta de un cabaret francés y, de ahí en más, aparece un recorrido sinuoso; por una geografía musical que no excluye el jazz, el folk, el gospel; una puesta en escena que va desde lo resplandeciente hasta el oscuro del abismo. Como todo buen salto en picada, provoca sensaciones encontradas. Da vértigo, provoca placer, se torna molesto, acaricia, mece, hace temblar. Y como todo buen salto en picada tiene un final súbito, sorpresivo. Y uno se queda con ganas de más. Y trepa, trepa hasta el primer track para volver a saltar.


lunes

Jill Scott - Who is Jill Scott? Words and Sounds Vol. 1

Hidden Beach - 2000


Jill Scott es un no tan extraño fenómeno: una cantante negra de voz prodigiosa, que se rodea de muy buenos músicos para hacer un disco exquisito; una mujer con una carrera que parece tener el camino allanado para una serie de éxitos estéticos y comerciales que, de pronto, desaparece dejando una producción de 3 volúmenes con su música. Who is Jill Scott?, el primero de ellos, es -como afirma el subtítulo del álbum- sólo la primera parte de lo que puede construir con su palabras y sus sonidos: el asomo, la carta de presentación en la que construye una serie de canciones para responder a ese interrogante. Serie que da la pauta del gusto, la delicadeza y la potente mezcla de soul y funk que lo abarca desde el primer al último corte. Pregunta que nos hace preguntarnos: ahora que creemos saber quién es Jill Scott, ¿para cuando la vuelta?


viernes

John Mayall - Sense of place

Island - 1990


Si un sonido podía identificarse con la geografía sureña norteamerica, era el blues. Eso hasta la llegada, cuando no, de un inglés: el seños John Mayall. Sense of place es un disco que abona esa geografía, aún en la distancia conceptual y estética; aún en el respeto a rajatabla por el estilo, incluso buceando en las sutiles diferencias, en los pequeños abismos de los que el blues es posible. Si tenemos en cuenta que muchachos de la talla de Eric Clapton o Peter Green abrevaron, en su juventud, en las fuentes de Mayall, puede adivinarse que clase de músico es el maestro por el sonido de sus discípulos. A los 57 años, el señor Mayall concibió esta obra en la que el viejo género se renueva, no debido a la inclusión de agentes estéticos externos sino a partir de apegarse a la mística blusera y hacer que se mueva el cuerpo, que la cabeza flote en los acordes arrastrados. Si como muestra basta un botón, puede decirse que si alguien escucha Congo square sin mover un músculo, muy probablemente no se encuentre en el mundo de los vivos.

jueves

Jam & Spoon - Tripomatic Fairy Tales 3003

Polydor - 2004


Ultimo disco del dúo alemán que combina las ganas de bailar con la nostalgia plagada de aromas a lo más oscuro de la música electrónica; la excelencia de un trabajo brillantemente producido con la frescura on line del DJ; la cumbre de la adrenalina con la meseta de la nostalgia; todo amalgamado con reminiscencias del más auténtico y necesario sonido británico, donde desfilan similitudes con Bowie, los Depeche Mode, Underworld...

Sin habérselo propuesto (Markus Löffel, (a) Mark Spoon, uno de sus integrantes, murió de un ataque al corazón a principios de 2006), Tripomatic Fairy Tales 3003 se convirtió en un exquisito canto del cisne. La voz maleable de Plavka, la asesada y björkiana Dolores O'Riordan, las apariciones de Jim Kerr y Tricky, la delicada Virgina Nascimento y el sorprendente Xavier Naidoo convergen, junto a otros, en un tributo imprevisto y adelantado; en una verdadera compilación de cuentos de hadas escritos sobre pentagramas. Hadas que, incluso, pueden ser melancólicas sin que eso les quite el júbilo de la danza.


domingo

Artistas varios - Album verde

Dada Distribución - 2005


The Beatles tuvieron su álbum blanco. Las recopilaciones de sus temas fueron los clásicos álbumes dobles rojo y azul. Y de la mano del reggae llegó el Album verde, un tributo de bandas argentinas, con invitados chilenos, mexicanos, costarricenses y brasileros; de una notable impronta jamaiquina para el famoso cuarteto inglés. Si la conjunción parece arriesgada es, sencillamente, porque lo es. Album verde, sale airoso -aún en su disparidad- del desafío de transformar algunos clásicos -y otros no tantos- de los padres del pop en canciones de ritmos del acervo rastafari. Y la diversidad así como da cuenta de distintas calidades en el hacer musical, aporta matices con trazos de ska, algo de dub y mucho reggae. Imperdibles los mexicanos Antidoping, Fidel Nadal + Holy Piby y Satélite Kingston, vecinos de sala de Error No Manejado.


martes

Johnny Clegg - Anthology

Valley - 2000


Las recopilaciones suelen ser un arma de doble filo. O inclinan la balanza a favor provocando un deseo irrefrenable de escuchar la obra tal cual fue concebida por el/los músico/s en cuestión o es probable que provoque tal desinterés que nunca volvamos a retomar la escucha de la víctima de la compilación. En el caso de la Anthology de Johnny Clegg, ocurre -con total justicia- lo primero. Llegué a Clegg de casualidad y me atrapó con su perfecto ensamble entre el folk y el rock occidental con la densidad percutiva y nostálgica de la música zulú. Esta antología da un panorama de lo producido por este extraño sujeto entre 1979 y 2000 y que incluye las críticas al régimen sudafricano del apartheid desde 2 lugares: la lírica y el cuerpo en el escenario junto a músicos negros que estaba prohibido por el gobierno blanco sudafricano y que significaba, en la estrechez fascista del régimen blanco, ser negro por adopción, es decir no ser humano; una aberración. Y si a esa elección política (donde el propio cuerpo se juega y no se limita a la teoría del bien pensar) se le suma una delicada potencia arrolladora y las enormes ganas de bailar que provoca en muchos tracks, estamos frente al muestrario de una obra tan preciosa como subversiva. Que es lo mismo que decir: una verdadera obra de arte.